Una vez aseguradas las materias primas, el proceso de producción consta de varias etapas. El primer paso es la fabricación de pulpa, donde las materias primas se descomponen hasta formar una pasta. Luego, esta mezcla se refina y blanquea para lograr la blancura y textura deseadas. La personalización entra en juego en esta etapa, ya que los fabricantes pueden ajustar la composición de la pulpa para producir diferentes grados de servilletas que se adapten a las diferentes preferencias de los clientes.

   Después de despulpar, la suspensión se esparce sobre una criba móvil para formar papel. Luego, las hojas se prensan y se secan para formar el producto final de servilleta. En esta etapa se pueden agregar impresiones y estampados personalizados, lo que permite a las empresas incorporar logotipos, diseños o patrones que reflejen su identidad de marca. Esta personalización mejora la experiencia gastronómica y aumenta el reconocimiento de la marca.

    A medida que la demanda de soluciones de catering únicas y sostenibles siga creciendo, el proceso de personalización para la producción de servilletas seguirá evolucionando, adoptando la innovación y manteniendo sus valores fundamentales de calidad y sostenibilidad.